COMPLEJO NUEVO MORENO ANTIGUO

El IDUAR tiene un equipo especializado en Patrimonio, es por ello que se encarga de la recuperación y valorización de estos edificios como el Complejo Nuevo Moreno Antiguo.

El Instituto de Desarrollo Urbano, Ambiental y Regional (IDUAR), es un organismo descentralizado de la municipalidad de Moreno, especializado en la gestión urbana local y se encuentra localizado dentro del predio “Nuevo Moreno Antiguo” (ex Hospital de Moreno) ubicado en Av. Libertador 750, Partido de Moreno. El Instituto se encargó de rescatar, refuncionalizar y revalorizar el complejo patrimonial en el cual habita. El mismo, lleva a cabo la tarea de poner en valor aquellos espacios que sean dignos de preservar por su importancia arquitectónica, histórica o cultural, vinculados a su memoria e identidad.

El hospital Mariano y Luciano de la Vega se comenzó a construir en el año 1909 el cual fue inaugurado en el año 1912, siendo un legado de estos dos hermanos hacia la comunidad Morenense. El autor del conjunto edilicio fue el Ingeniero Carlos María Morales, con la supervisión de los doctores Julio Méndez, médico higienista y Nicolás Repetto, médico socialista. La tipología principal del predio está regida por las teorías Higienistas de comienzos del SXX, es por ello que está compuesto por pabellones aislados: pabellón de internación (Pabellón de Mujeres, Hombres y Maternidad) y pabellones centrales que funcionaban como Administración, cocina, farmacia, sala de cirugía y edificios de servicios. La separación entre estos pabellones, permitía un ambiente higiénico propio de dicha teoría. El complejo estaba organizado por un eje central, que estructuraba cuatro pabellones dispuestos simétricamente de forma espejada y tres edificios colocados en el centro que remataban en el gran tanque de agua que abastece a todo el complejo.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX hubo un cambio de paradigma en donde la relación aire-salud ya no se medía en términos de enfermedad sino de confort. Fue así como en los años 90’, la higiene social comienza a compartir mirada con otras profesiones como la ingeniería y la arquitectura. Este discurso fue defendido y predicado por médicos higienistas como José María Ramos Mejía y José Penna, médicos preocupados por la salud del pueblo, al igual que Nicolás Repetto. Es por ello que el hospital Mariano y Luciano de la Vega fue creado en estos términos. La separación entre pabellones permitía el concepto de los sanitaristas de la época con un ambiente higiénico que contenía salas de cielorrasos altos, amplios y ventilados por enormes ventanales, rodeados de un parque y arboleda urbana. Con el correr de los tiempos y debido al crecimiento demográfico sumado a la demanda y necesidad de ampliación del hospital, esta idea de higienismo se fue diluyendo y ante la emergente necesidad de ampliación en superficie, el gran complejo fue mutando, ya que comenzaron a realizarse una serie de intervenciones sin ningún criterio sanitario integral, en donde se fue transformando en un edificio irreconocible en sus formas originales.

Hasta finales de los 90’, el crecimiento del predio con sus edificios anexos, se conformó según la demanda sin responder a un proyecto. Es por ello que se anexaron distintas construcciones a los edificios originales, transformando el hospital en un verdadero laberinto y disminuyendo el espacio verde urbano.

En el año 1997, se tomó la decisión de rescatar el conjunto edilicio de estas intervenciones que interrumpían el patrimonio morenense. Fue así, como años más tarde, comenzó la demolición de los edificios anexos a los pabellones. El Municipio de Moreno designó al Instituto de Desarrollo Urbano, Ambiental y Regional (IDUAR) para rescatar los edificios históricos, según el Decreto 666/2000. Para recuperar el antiguo hospital de Moreno, se convocó a un equipo de arquitectos, dependientes de la Secretaría de Planeamiento a cargo del arquitecto Alejandro Micieli, que además, contaban con el asesoramiento de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Morón y con especialistas en Patrimonio, como los arquitectos Pernaud y Dilon, especialista en arquitectura hospitalaria. El proyecto se basaba en devolverle al predio su estado original como estaba en 1912. En primer lugar, se realizó un relevamiento casi de modo artesanal, apoyándose en registros fotográficos. La tarea de recopilación fue ardua y compleja ya que no había documentación sobre los planos de la estructura ni documentación original que permitiera el conocimiento de ciertos datos. Es por eso que, la investigación se hizo solo con apoyo de registros fotográficos originales de sus componentes.

Luego del diagnóstico de la situación, se plantearon los objetivos generales y las líneas de acción. Para llevar a cabo este proceso, se marcaron dos etapas: por un lado, la demolición de las construcciones anexas yuxtapuestas a los pabellones originales que no tenían valor patrimonial. Y por otro lado, se asignaron tareas de limpieza del perímetro que incluía la conservación de espacios verdes y veredas. Las tareas de recuperación del predio afectaron una superficie total de 15.000 m2, con la recuperación de 3.500 m2 cubiertos y 11.500 m2 de área verde libre. De esta manera, se recuperó los distintos componentes tales como mamposterías, entrepisos, carpinterías, escaleras, entre otros. Se resolvieron patologías de las construcciones y a la vez se ejecutaron instalaciones eléctricas, revoques, revestimientos y cielorrasos, lo que permitió recuperar la singularidad arquitectónica que forma parte del sentido de pertenencia y de la identidad local.

Una vez recuperado el espacio, la estructura del hospital volvió a formar un entramado de relaciones entre espacios cerrados y abiertos, generando autonomía de los elementos que la componen. Se logró restaurar el tanque de agua, completando y reponiendo todos los elementos originales y reemplazando aquellos que no se encontraban en condiciones. La tarea apuntó a recuperar la estructura original de las construcciones que da idea del principio sanitario que marcó una época. Por otro lado, al rescatar sus valores arquitectónicos se fortaleció la memoria colectiva y la identidad de la comunidad, ya que muchos de ellos habían nacido en este hospital. Además de recuperar la estirpe edilicia que fue orgullo de los morenenses, se creó un vínculo entre la sociedad y el territorio afianzando la pertenencia y brindándole a la comunidad nuevos espacios verdes y de recreación.

Vale aclarar, que el Instituto de Desarrollo Urbano, Ambiental y Regional (IDUAR) hoy en día continúa encargándose de la recuperación y valorización de los edificios patrimoniales del Partido de Moreno, como sucedió en aquella época. A su vez, el IDUAR sigue trabajando para mantener el gran patrimonio cultural del Complejo Nuevo Moreno Antiguo, ya que el Instituto tiene un equipo de profesionales designado para estos temas dentro del Departamento de Patrimonio.